jueves, 20 de diciembre de 2007

ENTREVISTAS EN LA REVISA DEL SABADO DEL DIARIO EL MERCURIO







Los hombres detrás del poder evangélico


MANUEL COVARRUBIAS, EMILIANO SOTO Y ROBERTO LÓPEZ




los tres pertenecen a una nueva generación de pastores que busca influir en los círculos de poder. Son los que negocian con La Moneda y los parlamentarios, Y sus nombres integran comisiones de gobierno y comitivas presidenciales. Sin formación ni militancia política, echan mano a su carisma y a la disciplina de sus fieles, que ya conforman el 17 por ciento de la población. Hoy pelean para que se apruebe el primer feriado legal en honor a su Iglesia.


Por LUIS MIRANDA Y MARCELA ESCOBAR

Retratos MIGUEL SAYAGO


Cuando Emiliano Soto, Manuel Covarrubias y Roberto López se sientan a la mesa, no siempre están de acuerdo. En un mundo como el evangélico, con distintas iglesias, acostumbrado a la discusión y sin un líder único para todos, las diferencias de opinión son abordadas frontalmente.


Hoy, Soto, Covarrubias y López son parte de la Mesa Ampliada Unión Nacional Evangélica, el referente que agrupa a las iglesias del credo y que hoy está detrás de los últimos logros obtenidos por los evangélicos. Los tres pertenecen a una nueva generación de pastores que busca posicionar a los protestantes en todos los estamentos sociales.

Según sus propias estimaciones, el 17,8 por ciento de los chilenos profesa la fe; aproximadamente tres millones de personas. "Un porcentaje interesante para cualquier facción política", reconocen, aunque se apresuran a definir el voto evangélico como "transversal" e imposible de encasillar bajo ninguna tendencia.Sin embargo, los tres pastores mantienen un contacto fluido con el mundo político. En La Moneda se reúnen habitualmente con Patricio Rosende, jefe de Relaciones Políticas e Internacionales de la Secretaría General de la Presidencia, y también con el ministro de la cartera, José Antonio Viera-Gallo.


El lunes pasado, Emiliano Soto partió el día con una reunión en La Moneda y luego visitó al senador y presidente de la UDI, Hernán Larraín, en medio de un fuerte lobby para conseguir que se apruebe el feriado del 31 de octubre, al que llamarán Día Nacional de las Iglesias Evangélicas si consiguen que el Senado ratifique la decisión de la Cámara de Diputados. Es ahí donde tienen redes más fluidas: el diputado DC Eduardo Díaz y el RN Roberto Sepúlveda profesan la religión y apoyan abiertamente la iniciativa. El día en que se votó el proyecto de ley para instaurar el nuevo feriado, más de 40 diputados se inscribieron para intervenir en la sesión. Y el tiempo no alcanzó para todos.


GANANDO ESPACIOS


Pese a la figuración que han obtenido, ninguno de los pastores se asume como lobbista. Menos, como militante de partido alguno. Los tres ejercen su liderazgo de manera distinta. Quienes lo conocen describen a Emiliano Soto como un hombre cercano a la centroizquierda, con vínculos con el PPD. A comienzos de este año, en una reunión para debatir temas valóricos, pidió a los demás pastores que lo acompañaban orar por Sergio Bitar. Y ahí, frente a la mirada incrédula del presidente del PPD, los evangélicos comenzaron a rezar en voz alta. Aunque inusual, no fue un hecho extraño. Bitar ha sido uno de los impulsores de la ley de culto y de la posibilidad de que el credo protestante se dicte en el ramo de religión en los colegios.


Luego, como ministro de Educación, mejoró esta medida.Soto ofició de orador en la liturgia del último Te Deum, y formó parte de la Comisión de Educación que organizó la administración Bachelet. Hace poco más de un mes, la propia Presidenta, en medio de un discurso, lo miró fijamente y le anunció, en plena ceremonia, que había firmado el reglamento de libertad religiosa de las Fuerzas Armadas. Él asintió satisfecho. A su juicio, fue la promulgación de la ley de igualdad religiosa la que puso a los evangélicos en el lugar en el que hoy están. "Eso ha llevado a los gobiernos de turno a buscar interlocutores, y los han encontrado en nosotros", declara. Fue Soto quien sucedió a Francisco Anabalón, el líder histórico de los evangélicos chilenos, cuando su deteriorada salud lo obligó a retirarse, y es descrito por algunos como una persona con afán de protagonismo. Tiene la voz gruesa, fuerte, y la imagen de un hombre de mediana edad, sobrio, sin ser demasiado elegante; culto, pero no pedante. Consciente de su poder, tiene actitud humilde."Necesitamos mantener contactos con diversas instituciones.


Es la manera de hacernos escuchar y de entregar nuestros pensamientos y creencias. Por eso nos reunimos con parlamentarios, personeros de gobierno y dirigentes de partidos políticos. No nos cerramos a ninguna idea. Hemos tenido contacto, también, con gente del PC", reconoce. Con 50 años, nació en San Antonio y es químico egresado de la U. de Chile. Al igual que sus padres y sus abuelos, es evangélico y pastor. Hoy es obispo de la Iglesia Evangélica Pentecostal y preside el comité ejecutivo de la Mesa Ampliada de la Unión Evangélica.


El pastor Roberto López es el más joven de esta tríada, y, si bien sus cercanos lo definen como apolítico, algunos consideran que su pasado como marino –fue miembro de la Dirección de Inteligencia de la Armada– lo acerca más a la derecha, al menos en lo valórico. Su condición de ex uniformado lo llevó a enfrentar acusaciones de haber pertenecido a la CNI; él lo niega: "La única relación que pude haber tenido es que los cursos de huellas de la Inteligencia de la Armada los dictaban en dependencias de la CNI. No estoy vinculado a ningún proceso. Es más: mi padre estuvo detenido en el Estadio Nacional; lo dimos por muerto. Yo viví esa experiencia".A la Presidenta Michelle Bachelet la conoció durante un viaje a Haití, cuando ella era ministra de Defensa y él, uno de los invitados de la comitiva oficial. López, además, encabezó la disidencia evangélica que ahora forma parte de una corporación de derecho privado que agrupa a iglesias metodistas. Su ministerio ha sido descrito como "joven, ejecutivo y transparente".


Su oficina, ubicada en la calle Obispo Manuel Umaña –en honor al primer obispo pentecostal chileno–, es amplia, relativamente oscura y con sillones tapizados en terciopelo rojo. López bebe agua mineral luego de haber encabezado la reunión del directorio de la Corporación Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, el organismo de derecho privado que encabeza desde el año pasado. Por esta reunión, el pastor López no acompañó a Emiliano Soto a La Moneda para hablar sobre el feriado evangélico."En este tiempo, nuestra iglesia tiene una influencia importante", explica, "porque estamos frente a la cuarta generación de evangélicos en Chile. Nuestros antecesores, con esfuerzo y sacrificio, formaron familias ordenadas, y permitieron que los hijos, y en el caso de muchos los nietos, llegaran a la universidad. Hoy, un alto número de nuestra gente está inserto en distintos niveles sociales".


Quienes conocen a López aseguran que está recién acomodándose en el mundo del poder. Que ha ido aprendiendo, especialmente porque es muy empático. Él, en tanto, dice que disiente de quienes piensan que los pastores llamarán a votar, desde el púlpito, a los fieles evangélicos. Asegura: "Me parece bien que la iglesia apoye a quienes tienen nuestra connotación valórica. Pero no estoy de acuerdo con partidos políticos al interior de la iglesia". Es claro, también, en identificar quiénes son los que se oponen a esta arremetida: "La Iglesia Católica ha hecho bastante por frenar el avance de la Iglesia Evangélica en las capellanías. Si uno averigua cuántos evangélicos hay en la Armada, en el Ejército, en Carabineros, la cifra es alta. Nosotros no somos observantes; quienes se dicen evangélicos participan activamente, y cuando tienen alguna necesidad requieren que los atienda un pastor o un capellán, no un cura. ¿Quién decretó que las Fuerzas Armadas tenían que ser católicas o seguidoras de la Virgen del Carmen?".


A CARGO DE LA ESCORIAManuel Covarrubias, el mayor de los tres, es también el que tiene menos figuración. Gran orador, es parte de la Comisión de Equidad a la que, primeramente, habían convocado a Soto. Éste, con la aprobación de la Mesa Ampliada de Iglesias Evangélicas, recomendó a Covarrubias, un pastor que se destaca por defender, con firmeza, sus convicciones e ideas. Era alumno del Colegio Alemán de Valparaíso cuando conoció los fundamentos de la iglesia luterana. Tenía 16 años. "En ese tiempo, si uno era chileno, era también católico", recuerda. "Pertenecía a una cultura católica, aunque en mi familia no íbamos a misa. Era un alumno desordenado, hasta que llegó a mis manos el nuevo testamento y lo leí en 20 días. Algo pasó, un suceso misterioso".Estudió Teología en Buenos Aires, donde se formó como pastor. Luego, de regreso en Chile, estuvo un año en Chañaral, cuatro en Rancagua, cinco en San Fernando y 24 en Concepción. Ahora, en Santiago, es moderador de la Iglesia Presbiteriana de Chile, cargo elegido por pastores y laicos."Luego del gobierno del general Augusto Pinochet, surgió la pregunta: ¿qué van a hacer los evangélicos?", plantea Covarrrubias, y sigue: "Y hubo una respuesta: el protestantismo es el fundamento de la democracia. Ya éramos una población significativa. Y, de hecho, parlamentarios de distintas bancadas nos decían: si ustedes no fueran la cantidad que son, no los tomaríamos en cuenta. Hemos sido una fuente de desarrollo del país. Hemos rescatado la escoria de la sociedad chilena. Y si hoy usted pasa frente a una iglesia evangélica, por muy pequeña que ésta sea, se encontrará con autos estacionados y muchachos que ya están en la universidad".Ése es el principal cambio, coinciden los pastores, del mundo evangélico chileno: la presencia de la iglesia en estratos sociales más altos –en 2004 había 22 iglesias protestantes sólo en Las Condes– y también en universidades, entre los profesionales y los líderes de opinión. "El crecimiento de nuestro pueblo ha sido cuantitativo, pero también hemos crecido en calidad de vida", reconoce Covarrubias. "Y eso", agrega, "hace que crezcan nuestras responsabilidades. Durante mucho tiempo, nuestro respeto a la diversidad nos ha hecho ver desorganizados, como si tuviéramos varias visiones sobre un mismo tema. Ahora, con esta mesa ampliada, en donde las iglesias evangélicas se sientan a hablar y a tomar decisiones que la benefician, ya no es así".


"Estamos frente a la cuarta generación de evangélicos. Muchos están insertos en distintos niveles sociales", dice Roberto López.


MANUEL COVARRUBIAS

Moderador de la Iglesia Presbiteriana de Chile.


Miembro del Consejo de Equidad del Gobierno.

Estudios: Teología en la Facultad Evangélica de Buenos Aires, Argentina

Edad: 70 años.Estado civil: Casado, dos hijos.


EMILIANO SOTO

Presidente del Consejo de Unidades Pastorales de la Iglesia Evangélica.

Miembro de la Comisión de Educación del Gobierno.

Obispo de la Corporación Iglesia Evangélica Pentecostal Reformada.

Estudios: Química, en la U. de Chile.

Edad: 50 añosEstado civil: Casado, cinco hijos.



ROBERTO LÓPEZO

bispo de la Corporación Metodista Pentecostal de Chile

Miembro de la Mesa Ampliada de la Unión de Iglesias Evangélicas de Chile.

Profesión: Ex miembro de la Armada.

Edad: 49 años.Estado civil: Casado, cuatro hijos


EVANGÉLICOS EN CIFRASLas iglesias evangélicas llegaron a Chile a mediados del siglo XIX, cuando se produjo la inmigración europea que trajo al país a anglicanos y luteranos. En 1909 nació la Iglesia Metodista Pentecostal, la que hoy tiene ya cuatro generaciones de evangélicos en Chile. Desde 1930 en adelante, el crecimiento de los fieles de este credo ha sido exponencial: en esos años sólo el 2 por ciento se declaraba parte de esa religión. El último censo, en tanto, arrojó un porcentaje de 15,14 por ciento, el que proyectado a la fecha –según los pastores entrevistados para este reportaje– equivale al 18 por ciento de la población nacional. Así, los evangélicos se constituyen en la segunda mayoría nacional después de los católicos.